Ingresar casi al “Mundo Mágico” del El Velocista, resulta
para cualquier hípico, un tema apasionante. Y es que referirnos al hijo de
Paste Up y Greeting, nos lleva a nada menos que un 8 de Julio de 1990, cuando
apareció por primera vez en la pista del hipódromo de Monterrico, disputando
con las sedas del stud Los Hermanos y la
Preparación de G. Cueva, El clásico “Jockey Club de Provincias Jorge Steward Bedoya”.
Las informaciones con las cuales llegó El Velocista a ese
domingo de hace 15 años y medio, lo daban como un ganador de 9 carreras en el
recordado hipódromo de Santa Victoria de Chiclayo sobre 13 presentaciones. Y
era un tordillo que pesaba entre los 421 y 425 kilos, cuyo origen era el haras
Juan Miguel Aíta Campodónico.
Pues bien, El Velocista llegó tercero en esa carrera que
dominó largamente Barrio Lindo para los Chiclayanos y se quedó en Monterrico,
corriendo 3 meses después en una condicional sobre la recta, que era la
distancia ideal para sus posibilidades, y cuando ya pesaba 450 kilos, Pues
bien, El Velocista venció claramente a Pound Foolish y señaló aquel día
0’56”4/5 para el kilómetro, y se ganó su inscripción para el Gran Premio
Internacional América que se disputó el 19 de Octubre de aquel año.
El Velocista no corrió mal aquella vez, ya que llegó sétimo
en un lote de 18 participantes, a 6 ½ cuerpos de Quinké de Rosas que derrotaba
en 55” a Mercenario, Don Aby, Prince Vaduz, logrando de paso la victoria más
resonante de su campaña.
Y así este tordillo llegado de Chiclayo, se metió de lleno
con la frescura de sus 3 años, entre la nómina de los escogidos de la corta,
que en esos años lo conformaban un lote sumamente duro.
El Velocista escoltó luego a Miriámetro y le ganó por una
cabeza a Nothern Black y siguió así en la brega, actuando casi siempre en las
carreras clásicas al lado de Speedy Rasputín en el Ismael Ganoza Chopitea o
alternando luego con Almanzán, Prince Vaduz y Quinké de Rosas.
Y así, el hijo de Paste Up se la pasó figurando en todos los
primeros meses de 1991, conducido en sus mejores actuaciones por Marcial
“Mechón” Jurado y cuando el recordado Carlos Cobilich reemplazaba en los
programas a Jacinto del Río.
Y como aún ganador de 2 carreras en Lima, corrió por última
vez en Monterrico, el 25 de abril,
figurando sexto en una carrera sobre la
recta que dominó Stampede, sobre Horus y Mimo.
Después de esa actuación, el tordillo que ya pesaba 470
kilos aproximadamente, se lesionó del tendón y se lo llevaron a Chiclayo, y
estuvo ausente de las pistas de Monterrico, desde ese 25 de Abril, hasta el 11
del mismo mes, pero ya de 1992, cuando ya Marcial Jurado, quien lo había sido
su jinete en sus mejores victorias, figuraba como preparador del nieto de Good
Time.
Y así, El Velocista reinició su campaña en el 14 en la tabla
y se ganó varias carreras, fueron 4 más, las que ya sumaban 7 en toda su
campaña, derrotando a Agostina, a Huarmeyano, a Said y a Hamminski, este último
un 21 de Julio de 1992, cuando tuvo otra vez que parar y retornar a sus pagos
chiclayanos.
Al tordillo no lo volvimos a ver hasta el 3 de Febrero de
1993, cuando ya tenía 6 años, y cuando ya pesaba 495 kilos, setenta más que
cuando empezó a correr en Santa Victoria, y comenzó a actuar sin lucimiento,
hasta que el 10 de marzo de 1993, dio inicio a un espectacular seguidilla de
victorias que hicieron que se le comparara con aquellos grandes caballos que
ganaron muchas carreras seguidas, uno de ellos El Führer.
Y así, fue capaz de ganarle a Lola aquel citado 10 de marzo,
y Luego a Horus el 20, posteriormente a Toray el 30, a Miss Maribel el 5 de
abril, a Angel Image el 10 de abril, y a Cheviot 5 días después, osea entre el
10 de marzo y 15 de abril, fue capaz de ganarse 6 carreras consecutivas.
Pero El Velocista no quedó allí, sino que siguió parejo y
fue cuarto y tercero de Negrín, con el que tuvo que tener una especial
rivalidad, segundo a ¾ de cuerpo de Artiday a la cual dispensó 7 kilos, otra
vez segundo a ½ cuerpo de Negrín, y vencedor nuevamente sobre Miss Maribel, el
30 de Julio conducido con 57 kilos por Rolando Vicente.
Y su última en Lima, antes de viajar a Chiclayo, fue cuando
luchó de poder a poder con Bonito y terminó cayendo apenas por nariz ante
Burundanga que llegó de refresco. Y él, se le adelantó a Bonito también por
escasísima diferencia.
EL
INTERNACIONAL DE CHICLAYO
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Poco después, El Jockey Club de Chiclayo, organizó para el
primer Domingo de Setiembre, su festival internacional con representantes de
Guayaquil, Lima y Arequipa, y allí fue El Velocista a ganarse su internacional
con motivo de los 1000 metros del Clásico Internacional “Fábrica de Bebidas
Concordia”, que logró sin apuros ante Il Diávolo con la monta de Víctor Díaz, luciendo
los colores de “Los Hermanos”, y luego emprendió otra vez, el regreso a la
capital, y comenzó a ser preparado para la recta internacional del América,
tres años después de su primera incursión, contando con la solidez de sus 500
kilos y con un sistema de entrenamiento que sus allegados conocían al ”dedillo”.
EL
INTERNACIONAL AMÉRICA (G.I)
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Así, un 24 de Octubre de 1993, El Velocista ingresó de lleno
a la historia de nuestros más representativos y corredores ejemplares.
Puesto desde el inicio y luciendo un sensacional estado
físico, El Velocista con los colores del Garza Real, se dio el lujo de puntear
desde el vamos, factor determinante creemos, que la salida labró la victoria
del tordillo su jinete Melanio Rojas, y dejar en el camino a Vuela Karin que
tuvo unos primeros metros espectaculares, cuando Adolfo Morales venia mirando
al tordillo, para terminar controlando a Poco Loco que llegó ligeramente tarde.
Y tras el hijo de Enciso, una serie de guapos combatientes de la corta, como el
mejor chileno colocado en toda la historia de la velocidad en Monterrico , que
fue Kojac, y con Nativo Criollo, Jedera Boy y el valiente Mr. Ken peleando las
siguientes posiciones.
Aconteció lo que parecía increíble, y hasta unos meses antes
de esta competencia, imposible. Pero lo esencial de la victoria de este noble
tordillo, que este triunfo fue que lo consiguió exponiendo desde el inicio, y
por ello, por entera justicia, su brillante victoria.
Eso le sirvió al noble tordillo para representarnos en la
recta internacional del Alzaga Unzue (G.I) de diciembre de 1993, con motivo del Carlos Pellegrini, en
conjunto con una tremenda corredora del kilómetro como lo fue Shenda, lamentablemente
sin mayores resultados. En 1994 y con 7 años a cuestas, obtuvo dignas figuraciones
en hándicaps siempre sobre el 15 de la tabla y sobre el kilómetro, entre las
más destacadas mencionaremos su quinto
lugar tras un corredor como Pimm’s; el tercer lugar tras Nativo Criollo y Gullit;
y su quinto lugar en el Premio “Sheraton Hotel” tras Zuchinni, Yavari; Congo bongo, Marathon y
otros más.
UN
HECHO SINGULAR
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El Velocista estaba para grandes cosas, y el 30 de noviembre
de 1996, un hecho singular aconteció en Monterrico. La Asociación de
Propietarios de Caballos de Carrera del Perú, con motivos de su aniversario, organizó una carrera muy peculiar entre una
potente camioneta 4 x 4 y el protagonista de esta crónica. La distancia
establecida fue de 350 metros sobre la pista de arena, para luego emprender esta carrera que suscitó la atención de la
prensa. Ese día el hijo de Paste Up fue montado por Edwin Talaverano y la
verdad que el resultado fue estrechísimo entre el potente bólido que fue
conducido por el experto piloto Alex Murguía y el tordo. Como era evidente, el
resultado final de este match se tuvo que definir por medio del photochard,
arrojando una nariz de ventaja para el noble tordillo, estampando 17” para la
distancia.
EL
VELOCISTA Y SUS ORIGENES
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El Velocista nació un 13 de Febrero de 1987 y fue un hijo de
Paste Up, un recordado tordillo como él, que defendió las sedas del stud Los
Ágiles y luego del Ricky, que se convirtió en un gran especialista de la corta
y en un destacado ganador clásico.
Paste Up, fue hijo de Tharsis (Sicambre) y Make Up, por
Marco Polo y Entreveaux, y esta por British Empire, que comenzó siendo un
“pollito” que apenas sobrepasaba los 400 kilos, pero que lució desde sus
comienzos, grandes condiciones para la corta.
Fue por ello que Paste Up ganó sus dos primeras por amplio
margen, y se fue metiendo de lleno a la fila de los mejores velocistas de su
época.
Y así, Paste Up, ya con las sedas del stud Ricky, alternó de
poder a poder con Anid, con Francis, con Alcatrán y con Stake Winner.
Propiamente Paste Up fue considerado como el segundo
velocista de su generación, tras Stake Winner, aquel hijo del Führer del stud
El Doral que sano, fue sumamente corredor. Ellos nacieron en el 77, un año
después de Anid, Francis y Alcatrán.
Y el buen Paste Up, debutó en el 80 y terminó su campaña 4
años más tarde, luego de haber ganado 22 carreras, con 18 segundos, 9 terceros,
8 cuartos y 6 quintos sobre 75 salidas a la pista.
Y fue ganador en los 80’s de los premios especiales
Departamento de Puno y Departamento de Ayacucho; en el 82 del Velocidad,
delante de Anid; del 2 de Mayo; del Ups y del José Abelardo Quiñones. Y en el
83 del Mariano Melgar.
Y este tordillo comenzó pesando apenas 400 kilos, terminó su
campaña con 440, y se mezcló con el grupo de elegidos de su generación.
Paste Up en efecto, estuvo en la corta con Stake Winner, y
dentro de su año, considerado entre los 7 más ilustres representantes. Ellos
fueron Fervor, Lady Embassy, Sabino, Alonso y Dublín, y luego Stake Winner y
él.
Fue también de la generación de Santa Cruz, Venisse. La
Sambi, La Chichi, Valy, Mechadora, Frágil Flor y Pucella.
Y además, fue a correr en 1982 en la que fue su mejor
temporada, al hipódromo de La Gavea, a la recta internacional con la monta de
Manuel Castro, quien lo corría muy bien.
Comenzó ese año escoltando a Anid y Alcatrán en el Dardanus,
pero cobrándole la revancha a Anid en el “Velocidad”, le ganó a Don Panchito y
a Anid en el “Ups” y posteriormente superó a Francis en el Dos de Mayo. Un mes
después volvió a derrotar a Anid y sacó su pasaporte para correr en Brasil,
nada es casualidad.
SUS
ÚLTIMAS ACTUACIONES
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La campaña de El Velocista se extendió hasta que cumplió 11
años, obteniendo 13 victorias más, que valoran aún más a este noble tordillo, ya con los colores del stud Capahuari.
Definitivamente, un caballo que se ganó el corazón del
pueblo a base de esfuerzo, porque nadie le regaló nada, muy por el contrario,
labró victorias en base a coraje y esfuerzo, en una campaña que se extendió
hasta cumplir los 11 años, capaz emulando las palabras heroicas del coronel
Francisco Bolognesi en la batalla de Arica, “Lucharé hasta quemar el último
cartucho”. Los resultados están a la vista: 2 internacionales y darse el lujo
de representarnos en el extranjero, es cierto, sin mayores resultados, pero por más que
muchos digan lo contrario, ese gusto que se ganó con toda justicia no se lo
quitará absolutamente nadie. Quizás uno de los caballos más queridos por la
afición hípica, un cuento “hadas” que definitivamente se hizo realidad.